Elementos para una TEORÍA DEL ENTUSIASMO

La cara oculta de RAYUELA. Por Jorge Fraga

1 de diciembre de 2011

Apócrifas morellianas (16)

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“...lo que los hombres llaman misterios se cumple de manera totalmente profana. La protesta heraclítea es así fácil de comprender: parte de una exigencia de autenticidad y de interioridad. No basta haber sentido o aprehendido, ni ser capaces de repetir; es preciso también haberse cambiado. No basta asistir a la ceremonia, es preciso también estar presentes.” Por esta exigencia de interioridad auténtica, opuesta a las prácticas exteriores tanto del culto popular como de los ritos mistéricos, Heráclito “habría rechazado la función que se le quería hacer cumplir en una comedia de iniciación, y habría transportado su exigencia a un drama de la enseñanza”. (...) en la nueva misión que asume se encuentra frente a una especie de tragedia: la imposibilidad de comunicar con los άξύνετοι (incapaces del ξυνόν, o sea, de comunión) que incluso oyendo el logos común siguen siendo sordos como antes –presentes están ausentes

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Rodolfo Mondolfo,

Heráclito: textos y problemas de su interpretación

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18 comentarios:

  1. "Cuando los efesios le pidieron que escribiese leyes, despreció esta tarea diciendo que la vida política estaba corrompida....."



    .........."Ofrendó el libro en el templo de Ártemis; según algunos para que sólo se acercasen los más capaces y lo escribió deliberadamente oscuro para que no fuese menospreciado por el pueblo (...) Teofrasto dice que debido a su melancolía dejó a medio acabar sus escritos, además de sercontradictorios..."

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    ….. "Se retiró al templo de Artemis y se dedicó a jugar a las tabas con los niños". Un día, lo rodearon los efesios, y les dijo a éstos: "¿De qué os asombráis, estúpidos? ¿No es mejor hacer esto que ser como vosotros?".



    -----------Más tarde, incluso, abandona la civilización, y se retira a vivir a las montañas, donde sólo ingiere hierbas. Heráclito era un sacerdote con inmersiones en el mundo de los magos (Bollack y Wissmann, p. 56; Ramnoux, 1968, p. 234) y las prácticas de chamanismo comunes a la magia de los pueblos iranios pudieron serle conocidas; es inferible que pudiera estar iniciado en la ingesta de phármaka de tipo psicotrópico.

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  2. ……. " Por último, se hizo misántropo y se retiró a las montañas, en donde se alimentaba de hierbas y hojas".

    --------Por último, regresa de su retiro en un estado caquéxico, totalmente consumido, pre-agonizante…"

    …… "Como su retiro le produjo hidropesía, regresó a la ciudad y planteó a los médicos un enigma: si de un diluvio podían hacer una sequía. Como nadie lo comprendía, fue a un establo y se enterró, y esperó que el calor de los excrementos de las vacas evaporara el agua de su cuerpo. Pero no logró mejorar, y murió (…)Hermipo dice que preguntó a los médicos si vaciándose el intestino podía evaporarse la humedad; como le dijeron que era imposible, se expuso al sol y ordenó a los esclavos que le hicieran un emplasto de excremento de vaca…"



    Heráclito plantea el siguiente enigma: "si de un diluvio podían hacer una sequía". Parece ser que creía que todo su cuerpo estaba lleno de agua y había que desecarlo. Además efectúa un extraño ritual consistente en: enterrar, o exponer al sol su cuerpo, con el fin de desecarlo. Se hallaba obsesionado por la idea de que su alma se había convertido en agua, y se había evaporado, dejándolo exánime y exhausto.

    "La muerte del alma es hacerse agua,…"

    ( "alma" (psykhé), entendida en esta época como el hálito energético que da vida al cuerpo)

    "El agua es placer o muerte para el alma "

    "... en los (organismos) húmedos, el alma es exhalada hacia fuera"

    "Un hombre, borracho, (...) tiene húmeda el alma"

    Heráclito presenta la somatización de una idea extraña. En efecto, deseaba desecar su alma porque creía que un alma seca era superior:

    ) "Un rayo de luz es el alma seca, sumamente sabia y buena"

    Como los médicos no lo entendían cuando pedía que le fuese vaciado el intestino porque su alma se había licuado, él mismo hubo de enterrarse en estiércol, y después se expuso al sol para desecarse

    Heráclito planteó el siguiente enigma:

    "Se engañan los hombres en el conocimiento de lo visible como Homero, que fue el más sabio de todos los griegos: unos niños que mataban piojos lo engañaron diciendo: "los que hemos visto y atrapado, los hemos dejado, y los que no hemos visto ni atrapado, los llevamos encima"



    "Heráclito decía que su rareza, era epilepsia, y que la vista es engañosa".




    : " El hombre, de noche, una luz enciende a su favor muriendo, apagando las visiones. Viviendo, enciende al muerto durmiendo, apagando las visiones; habiéndose despertado, enciende al durmiente"

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    Aristóteles cita la siguiente anécdota (DK, p.146, A 92): Heráclito se hallaba en el interior de su habitáculo, calentándose al amor de la hoguera, cuando llegaron unos hombres. Los invita a pasar a la estancia, y les dice que "allí también hay divinidades".





    ) "Aunque la Voz (Lógos) es común, la mayoría viven como si tuvieran un pensamiento aparte"

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  3. " En esta Voz( Logos) que es eterna, los hombres no ponen atención, ni antes ni después de escucharla. Parece como si no se hubieran dado cuenta que todas las cosas suceden conforme a la Voz (Logos) a pesar de que lo experimentan por las situaciones y los hechos que explico, analizando cada uno y diciendo cómo es. Pero al resto de los hombres les pasa inadvertido cuanto hacen despiertos, como cuando duermen se olvidan de todo"

    "Después de oír, no a mí, sino a la Voz (Logos), lo sabio es reconocer que todo es una sola cosa"

    "El hombre bobo se deja asustar por cualquier Voz (Logos)"

    "De cuantas Voces (Logous) escuché, ninguna concluye que es sabio estar separado de todo (s)"

    "Del alma sale una Voz (Logos) que se amplifica"

    "Yendo hasta los límites del alma, no los encontrarías, de lo lejana que es la Voz (Logos) que tiene"



    " Un hombre oyó "¡bobo!" de boca de un espíritu. Se quedó igual que un niño cuando lo oye de boca de un hombre"



    : "Parecen sordos, porque no entienden por más que escuchen"

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  4. "Como no saben escuchar, tampoco saben hablar"

    "aunque están escuchando, al estar distraídos, parecen sordos. Se les puede aplicar el dicho: "están pero no están".



    "Los demás no entienden nada de lo que hacen, aunque están despiertos, igual que lo olvidan todo cuando están dormidos".

    "Lo mejor para los efesios sería que se ahorcaran todos..."

    Como consecuencia, el sujeto se muestra insultante en sus asertos:

    : "Los asnos prefieren la mierda al oro"

    "Un golpe seco puede con toda cabra, con cuanto animal se arrastra"

    "Los cerdos disfrutan más del cieno que del agua limpia"

    "La mayoría está saciada como ganado"

    "(..) Los cerdos se lavan en el cieno, las aves de corral en el polvo o en las cenizas".



    "La erudición no enseña inteligencia, pues se la habría enseñado a Homero, Jenófanes y Hecateo"





    " Le preguntaron por qué estaba callado, y contestó: "Para que os calléis"





    "Teofrasto dice que por culpa de la melancolía escribió dejando partes inconclusas, y partes incoherentes."

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  5. "Lo ofrendó (el libro) en el templo de Ártemis; según algunos lo escribió deliberadamente oscuro para que sólo se acercasen los más capaces y para que no fuese menospreciado por el pueblo."





    : "De no haber sol, habría noche, gracias a las demás estrellas"

    -antónimos y alternativas incompatibles

    "el mar: agua pura e impura…"

    "uniones: todo y no todo, reunido separado…"

    "en los mismos ríos entramos y no entramos, estamos y no estamos…"

    "lo adverso es conveniente"

    "el mono más hermoso es feo"

    "El camino de los pintores es recto y curvo"

    ) "El camino hacia arriba y el camino hacia abajo es lo mismo"

    "Es lo mismo principio y fin en la periferia del círculo"

    : "Inmortales mortales, mortales inmortales, viviendo la muerte de aquellos, muriendo la vida de aquellos"



    " la noche y el día son lo mismo"

    "(…) de una, todas las cosas y de todas las cosas, una"

    "Hace falta que los que aman la sabiduría conozcan muchas cosas"

    D"Uno lo sabio: quiere y no quiere ser llamado con el único nombre de Zeus"

    "Uno lo sabio: conocer cómo todo es gobernado por todo"

    "la anchura (del sol) es la del pie de un hombre"

    "El sol es nuevo cada día"

    "Una cosa es la sabiduría: fijarse en que todo está gobernado por todo" ,

    "de cuantas voces he oído, ninguna ha concluido que lo sabio esté separado de todas las cosas"

    "Una única es la naturaleza de cualquier día: un día es igual a otro"



    "El agua es (…) muerte para el alma"

    "las almas nacen del agua"

    "En los mismos ríos entramos y no entramos, estamos y no estamos"

    "La erudición no enseña inteligencia, pues se la habría enseñado a Homero, Jenófanes y Hecateo"



    …"como Homero, que fue el más sabio de todos los griegos…"



    "Fases del Fuego: primero, el mar; del mar, la mitad se hace tierra, la mitad tormenta… la tierra se disuelve en el mar, y se mide en la misma proporción que antes de hacerse tierra"

    "Todo lo gobierna el rayo"

    Todo lo someterá el Fuego, cuando llegue"



    "Este cosmos, el único, no lo hizo un dios ni un hombre, sino que siempre fue, es y será, Fuego siemprevivo que se propaga siguiendo un patrón, y se extingue según un patrón" (Metron= medida, modelo, patrón).

    "No comprenden cómo lo que diverge, consigo concuerda: existe una armonía de reversión, como la del arco y la lira"



    "El dios: dia noche invierno verano guerra paz hartura hambre: cambia como cuando se hace una mezcla con perfumes: se nombra según el olor de cada uno"

    "El más aparente las apariencias conoce conserva"

    "De lo que vista, oído, aprendizaje, eso prefiero"

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  6. "XCIII. El señor, cuyo oráculo está en Delfos, ni dice ni oculta, sino que indica".
    "CXVI. Hay posibilidad para todo hombre de conocerse a sí mismo y ser sabio".

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  7. Si se atiende a la Verdad (Logos), y no a mí, sabio será reconocer que todo es uno(Heráclito)


    La sentencia de Heráclito parece comprensible desde todos los puntos de vista. Sin embargo, aquí todo sigue siendo cuestionable. Lo más cuestionable de todo es lo más evidente, a saber, nuestra presuposición de que, para nosotros, los que hemos venido después, para la inteligencia de la que nos servimos todos los días, lo que Heráclito dice tiene, de un modo inmediato, que resultar evidente. Es esto una exigencia que, presumiblemente, no se ha cumplido ni siquiera para los contemporáneos de Heráclito, como tampoco se ha cumplido para sus compañeros de viaje.
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    ¿Qué puede hacer la Lógica, logiké (episteme), del tipo que sea, si no empezamos nunca prestando atención al Logos y yendo tras su esencia inicial?
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    Expresión y significado se toman desde hace tiempo como los fenómenos que, de un modo incuestionable, presentan los rasgos del lenguaje. Pero ellos ni alcanzan propiamente la región de la marca esencial inicial del lenguaje ni son capaces en absoluto de determinar esta región en sus rasgos fundamentales. El hecho de que, de un modo inadvertido y muy pronto, como si no hubiera ocurrido nada, decir prevalezca como legen (poner) y, en consecuencia, hablar aparezca como legein, ha dado como fruto una extraña consecuencia. El pensar humano ni se asombró nunca de este acaecimiento ni advirtió aquí un misterio que oculta un envío esencial del ser al hombre, un misterio que tal vez reserva este envío para aquel momento del sino en el que la conmoción del hombre no sólo alcance la situación de éste y a su estado sino que haga tambalear la esencia misma del hombre.
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    ¿qué es el oír? … Si nuestro oír fuera ante todo una captación y transmisión de sonidos, y no fuera más que esto, un proceso al que luego se asociaran otros, entonces lo que ocurriría sería que lo sonoro entraría por un oído y saldría por el otro. Esto es lo que de hecho ocurre cuando no nos concentramos a escuchar lo que se nos dice. Pero lo que se nos dice es lo que está-delante que, reunido, ha sido extendido delante. El oír es propiamente este concentrarse que se recoge para la interpelación y la exhortación. El oír es en primer lugar la escucha concentrada. En lo escuchable esencia el oído..

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  8. Oímos cuando somos todo oídos. Pero la palabra «oído» no designa el aparato sensorial auditivo. Los oídos, tal como los conocen la Anatomía y la Fisiología, en tanto que instrumentos sensoriales, no dan lugar nunca a un oír, ni siquiera cuando entendemos éste únicamente como un percibir ruidos, sonidos, notas. Un percibir tal no se deja ni constatar por medio de la Anatomía, ni comprobar por medio de la Fisiología, ni en modo alguno aprehender por medio de la Biología como un proceso que se desarrolla en el seno del organismo, si bien el percibir sólo vive siendo corporal. De este modo, mientras al considerar el escuchar, tal como hacen las ciencias, partamos de lo acústico, estamos poniéndolo todo cabeza abajo. Pensamos equivocadamente que el activar los instrumentos corporales del oído es propiamente el oír. Y que, en cambio, el escuchar en el sentido de la escucha y de la atención obediente no es más que una transposición de aquel auténtico escuchar al plano de lo espiritual. En el terreno de la investigación científica se pueden constatar muchas cosas útiles. Se puede mostrar que oscilaciones periódicas de la presión del aire que tengan una determinada frecuencia se sienten como notas. Desde este tipo de constataciones sobre el oído se puede organizar una investigación que en última instancia sólo dominan los especialistas en Psicología Sensorial.
    En cambio, sobre lo que es propiamente el escuchar tal vez sólo se pueda decir poco que realmente concierna a cada hombre de un modo inmediato.

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  9. Aquí lo que hay que hacer no es investigar sino, reflexionando, prestar atención a lo simple. De este modo, a lo que es propiamente el oír pertenece justamente esto: que el hombre puede equivocarse al oír, desoyendo lo esencial. Si los oídos no pertenecen de un modo inmediato al auténtico escuchar en el sentido de la escucha (atenta), entonces la cuestión del escuchar y de los oídos es algo muy peculiar. No oímos porque tenemos oídos. Tenemos oídos y, desde el punto de vista corporal, podemos estar equipados de oídos porque oímos. Los mortales oyen el trueno del cielo, el susurro del bosque, el fluir de la fuente, los sonidos de las cuerdas de un instrumento, el matraqueo de los motores, el ruido de la ciudad, sólo y únicamente en la medida en que, de un modo u otro, pertenecen o no pertenecen a todo esto. Somos todo oídos cuando nuestra concentración se traslada totalmente a la escucha y ha olvidado del todo los oídos y el mero acoso de los sonidos. Mientras oigamos sólo el sonido de las palabras como la expresión de uno que está hablando, estamos muy lejos aún de escuchar. De este modo tampoco llegaremos nunca a haber oído algo propiamente.

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  10. Pero entonces, ¿cuándo ocurre esto? Hemos oído cuando pertenecemos a lo que nos han dicho
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    Desde los comienzos del pensar occidental, el ser de los entes se despliega como lo único digno de ser pensado. Si esta constatación histórica la pensamos en el sentido de la historia acontecida, se verá primeramente dónde descansan los comienzos del pensar occidental: el hecho de que en la época griega el ser del ente se haya convertido en lo digno de ser pensado es el comienzo de Occidente, es la fuente oculta de su sino. Si este comienzo no guardara lo sido, es decir, la coligación de lo que todavía mora y perdura, ahora no prevalecería el ser del ente desde la esencia de la técnica de la época moderna. Por esta esencia, hoy en día todo el globo terráqueo es transformado y conformado en vistas al ser experienciado por Occidente, el ser representado en la forma de verdad de la Metafísica europea y de la ciencia.
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    ¡Qué habría acaecido propiamente si Heráclito -y después de él los griegos- hubieran pensado propiamente la esencia del lenguaje como Logos, como la posada que recoge y liga! Hubiera acaecido nada menos que esto: los griegos hubieran pensado la esencia del lenguaje desde la esencia del ser. es más la hubieran pensado incluso como éste. Porque ò Logos es el nombre para el ser del ente. Pero todo esto no acaeció. En ninguna parte encontramos huellas de que los griegos hayan pensado la esencia del lenguaje de un modo inmediato desde la esencia del ser. En lugar de esto, el lenguaje -y además los griegos fueron en ésto los primeros-, a partir de la emisión sonora, fue representado como phoné, como sonido y voz, desde el punto de vista fonético. La palabra griega que corresponde a nuestra palabra «lengua» se llama glóssa, la lengua (órgano de la boca). El lenguaje es phoné semantiké, la emisión sonora que designa algo. Esto quiere decir: el lenguaje, desde el principio, alcanza el carácter fundamental que caracterizamos luego con el nombre de «expresión». Esta representación del lenguaje, que si bien es correcta, torna a éste desde fuera, a partir de este momento no ha dejado nunca de ser la decisiva (la que da la medida). Lo es aún hoy. El lenguaje vale como expresión y viceversa. Gustamos de representarnos toda forma de expresión como una forma de lenguaje. La historia del arte habla del lenguaje de las formas. Sin embargo, una vez, en los comienzos del pensar occidental, la esencia del lenguaje destelló a la luz del ser. Una vez, cuando Heráclito pensó el Logos como palabra directriz para, en esta palabra, pensar el ser del ente. Pero el rayo se apagó repentinamente. Nadie cogió la luz que él lanzó ni la cercanía de aquello que él iluminó.
    Sólo veremos este rayo si nos emplazamos en la tempestad del ser. Pero hoy en día todo habla en favor de que el único esfuerzo del hombre es ahuyentar esta tempestad. Se hace todo lo posible para disparar contra las nubes con el fin de tener calma ante la tempestad. Pero esta calma no es ninguna calma. Es sólo una anestesia; una anestesia contra el miedo al pensar.
    Porque el pensar, ciertamente, es algo muy especial. La palabra de los pensadores no tiene autoridad. La palabra de los pensadores no conoce autores en el sentido de los escritores. La palabra del pensar es pobre en imágenes y no tiene atractivo. La palabra del pensar descansa en una actitud que le quita embriaguez y brillo a lo que dice. Sin embargo, el pensar cambia el mundo. Lo cambia llevándolo a la profundidad de pozo, cada vez más oscura, de un enigma, una profundidad que cuanto más oscura es, más alta claridad promete.
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    MARTIN HEIDEGGER

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  11. el pensar cambia el mundo. Lo cambia llevándolo a la profundidad de pozo, cada vez más oscura, de un enigma, una profundidad que cuanto más oscura es, más alta claridad promete. HEIDEGGER

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  12. De Heráclito se cuentan unas palabras que habría dicho a unos extranjeros deseosos de ser recibidos por él. Al acercarse lo vieron calentándose cerca de un horno. Se detuvieron sorprendidos, y esto sobre todo porque él les infundió valor —a ellos los indecisos— haciéndoles entrar con estas palabras: "También aquí hay dioses".

    La multitud de visitantes extranjeros —en su impertinente curiosidad por el pensador— está desilusionada y desconcertada al ver, en el primer momento, lo que éste está haciendo. Creen deber encontrar al pensador en condiciones que, contra la usual manera de vivir de los hombres, lleven todos los rasgos de lo excepcional, de lo raro, y, por consiguiente, de lo sensacional. La multitud espera encontrar, durante su visita al pensador, cosas que —por lo menos durante algún tiempo— den materia para una entretenida charla. Los extranjeros que quieren visitar al pensador esperan verlo quizás en el preciso momento en que —hundido en profunda meditación— piensa. Los visitantes quieren "vivir" esto, no para ser tocados por el pensar sino sólo para poder decir que han visto y oído a alguien del cual, a su vez, sólo se dice que es un pensador.

    En vez de esto encuentran los curiosos a Heráclito cerca de un horno de pan. Este es un lugar cotidiano e insignificante. Es cierto que ahí se cuece el pan; pero Heráclito, al pie del horno, ni siquiera está ocupado en hornear el pan. Está allí únicamente para calentarse. Y así muestra en ese lugar tan trivial toda la estrechez de su vida. La visión de un pensador con frío es poco interesante. Los curiosos, con esta desilusionante visión, pierden de inmediato las ganas de acercarse más. ¿Qué van a ver allí? Este acontecimiento cotidiano y sin gracia —el que alguien sienta frío y se mantenga cerca de un horno— puede encontrarlo cualquiera y a cualquier hora en su propia casa. ¿Para qué entonces ir a buscar a un pensador? Los visitantes se disponen a partir. Heráclito percibe la desilusionada curiosidad en sus caras. Reconoce que en la multitud basta la ausencia de una sensación esperada para determinar inmediatamente a los recién llegados a volverse. Por eso los anima. Los invita especialmente a entrar con las palabras "También aquí hay dioses".

    Estas palabras colocan la estancia del pensador y su actuar a otra luz. Si los visitantes entendieron estas palabras inmediatamente —o aún si llegaron a entenderlas— y vieron entonces todo distinto a esta otra luz, eso no lo dice el relato. Pero el que esta historia haya sido contada y transmitida hasta nosotros —gente de hoy— estriba en que lo que relata proviene de la atmósfera de este pensador y lo caracteriza. "También aquí" al pie del horno, en este lugar vulgar, donde todo objeto y toda circunstancia, todo actuar y pensar, son conocidos y usuales, esto es: seguro, también aquí, en el ámbito de lo seguro (=tranquilo - íntimo - sin peligro - normal), "hay dioses" (dios = inseguro - descomunal - peligroso - extraño).
    MARTIN HEIDEGGER

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  13. "Expresión y significado se toman desde hace tiempo como los fenómenos que, de un modo incuestionable, presentan los rasgos del lenguaje. Pero ellos ni alcanzan propiamente la región de la marca esencial inicial del lenguaje ni son capaces en absoluto de determinar esta región en sus rasgos fundamentales. El hecho de que, de un modo inadvertido y muy pronto, como si no hubiera ocurrido nada, decir prevalezca como legen (poner) y, en consecuencia, hablar aparezca como legein, ha dado como fruto una extraña consecuencia. El pensar humano ni se asombró nunca de este acaecimiento ni advirtió aquí un misterio que oculta un envío esencial del ser al hombre, un misterio que tal vez reserva este envío para aquel momento del sino en el que la conmoción del hombre no sólo alcance la situación de éste y a su estado sino que haga tambalear la esencia misma del hombre."

    El "desescribir" cortazariano, ¿no está yendo en esta dirección?

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  14. "Hemos oído cuando pertenecemos a lo que nos han dicho"

    Rayuela, cap. 79:
    "Así el lector podrá llegar a ser copartícipe y copadeciente de la experiencia por la que pasa el novelista, en el mismo momento y en la misma forma. Todo ardid estético es útil para lograrlo: sólo vale la materia en gestación, la inmediatez vivencial"

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  15. «"También aquí" al pie del horno, en este lugar vulgar, donde todo objeto y toda circunstancia, todo actuar y pensar, son conocidos y usuales, esto es: seguro, también aquí, en el ámbito de lo seguro (=tranquilo - íntimo - sin peligro - normal), "hay dioses" (dios = inseguro - descomunal - peligroso - extraño)»

    Rayuela, cap. 36: "...Oliveira se estaba acordando de que también Heráclito había dicho que si no se esperaba jamás se encontraría lo inesperado..."

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  16. "Lo ofrendó (el libro) en el templo de Ártemis; según algunos lo escribió deliberadamente oscuro para que sólo se acercasen los más capaces y para que no fuese menospreciado por el pueblo."

    Rayuela, cap. 36: "tal vez el mensaje más penetrante del Oscuro era el que no había escrito, dejando que la anécdota, la voz de los discípulos la transmitiera para que quizá algún oído fino entendiese alguna vez"

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  17. "el lenguaje, desde el principio, alcanza el carácter fundamental que caracterizamos luego con el nombre de «expresión». Esta representación del lenguaje, que si bien es correcta, torna a éste DESDE FUERA, a partir de este momento no ha dejado nunca de ser la decisiva (la que da la medida). Lo es aún hoy. El lenguaje vale como expresión y viceversa. (...) Sin embargo, una vez, en los comienzos del pensar occidental, la esencia del lenguaje destelló a la luz del ser. Una vez, cuando Heráclito pensó el Logos como palabra directriz para, en esta palabra, pensar el ser del ente. Pero el rayo se apagó repentinamente. Nadie cogió la luz que él lanzó ni la cercanía de aquello que él iluminó"

    Rayuela, cap. 95: “Una de las notas aludía suzukianamente al lenguaje como una especie de exclamación o grito surgido directamente de la experiencia interior.”

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  18. Ejemplos justos y perfectos. La tierra arada por el agricultor heidegger sincronizada punto por punto con los dameros, planchas y cuadros trazados por el arquitecto cortázar.

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