Elementos para una TEORÍA DEL ENTUSIASMO

La cara oculta de RAYUELA. Por Jorge Fraga

12 de enero de 2012

Entusiasmosofía (VI)

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«Inspiración» significa «inspirar o respirar hacia». Y este insuflar ideas novedosas y valiosas a la conciencia personal, cuyo origen está fuera de esa conciencia, es la marca de distinción del genio. Una pregunta se nos plantea. ¿Qué logra el inspirar? ¿Quién es el inspirador? Según Sócrates, el que insuflaba era su daimon o dios tutelar; para los poetas de la Antigüedad, esta o aquella musa que, en palabras de Hesíodo, «amplían la mente del hombre con el conocimiento, y hacen a su lengua hablar desde los cielos». Para los primeros filósofos y los teóricos de la medicina de los tiempos helénico-romanos, la inspiración y el sostén ajeno al yo era el Pneuma, el alma y la sustancia indiferenciada del universo. Para Platón y Aristóteles era el Nous, o la Razón Interior. Según los estoicos el dios inmanente era llamado Logos. El Logos ingresa en la cristiandad como «el Verbo», una traducción muy pobre y parcial del original, de muchos significados. «En el principio fue el Verbo… En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres». Del griego pasamos al latín y la palabra Spiritus, que, como Pneuma, significa ‘aliento’ y es, como su etimología sugiere, la fuente de «ins-piración». Había un Spiritus de los dioses, de donde proviene inspiratio divina. Había un espíritu impersonal o aliento de vida. Había espíritus malignos o tramposos. Estaban los espíritus de los muertos, de regreso para dañar o ayudar a los vivos. Y finalmente, tras el surgimiento de la cristiandad, estaba el Espíritu, la tercera persona de la Trinidad. Mezcladas sin coherencia, estas concepciones varias (médicas, míticas, filosóficas, teológicas, espirituales) fueron utilizadas, a lo largo de los siglos, para dar cuenta de los hechos de inspiración observados. Hoy preferimos hablar de «lo Inconsciente» y de las «irrupciones en lo consciente de material subliminal». Las palabras tienen un aura poderosamente científica; pero que expliquen los hechos más satisfactoriamente que Espíritu, Logos, Pneuma, Daimon, e inspiración, es discutible.

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Aldous Huxley, «El genio»

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3 comentarios:

  1. No sólo por citar o nombrar a Wordsworth hasta 800 veces en un mismo libro le debo mi simpatía a Aldous Huxley, sino ( ahora lo sé gracias a estas citas de J.F.) por haber sido fiel al agua primitiva y no comprar el agua nueva, adulterada o pescado podrido freudiano. Se advierte así que A.H. estaba por encima , por fuera de la pecera de "aguas cambiadas", de la hipnosis epocal.


    Así como RENÉ GÉNON y AUROBINDO GOSH sabía que el psicoanálisis anega en las ciénagas que precedían a las iniciaciones, que es mera contrahechura y parodia sacramental, pura rehabilitación social domesticada y completa esterilización social.

    Al igual que JAMES JOYCE, que lo ninguneó con magistral y súbita gaya ciencia, respondiendo a la pregunta de qué pensaba de Freud: "I am Freud", no se prosternaba ante el nuevo capanga ideológico de la ergástula.

    Como Julius Evola, en Gustav Meyrink, suponía mejores y más completas doctrinas y métodos en un sentido liberador, en algún otro estetosófo.

    Al igual que CARL GUSTAV JUNG, que no veía la ventaja de cambiar demonio, posesión por neurosis, deploraba el mero malabarismo nominal al servicio de una inversión y una reducción risibles.

    Los desmanes del psicoanális es un título guenoniano. Los alcances de dichos desmanes aún no acaban de ponderarse.

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  2. Aquí hay otro fraternauta que pondera la poesía como piedra de toque del esoterismo verdadero, de acceso sinfrónico al Hombre que ya es Almotásim...

    http://salivario.blogspot.com/2010/09/rumi-o-el-ojo-del-huracan.html

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    1. Anteayer, precisamente, estuve leyendo su post en Taringa, "El mundo es un ciego defecando". Hermoso artículo de M. Echevarría; estaremos al corriente de ese blog, gracias

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