Elementos para una TEORÍA DEL ENTUSIASMO

La cara oculta de RAYUELA. Por Jorge Fraga

1 de marzo de 2012

Teoría del Entusiasmo y Biblioteca Cortázar (6)

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«Le sens de ces assimilations est d’abord de solidariser l’homme avec les énergies et les rythmes cosmiques, ensuite de réaliser l’unification des rythmes, la fusion des centres et par suite le saut dans le transcendant»

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Señales y anotaciones manuscritas realizadas por JC en sus libros de lectura apuntan a los temas y presupuestos desplegados por la TdelE.

Seguimos ese rastro tras las paredes de la Fundación March en Madrid

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El Traité d’histoire des religions

de Mircea Eliade

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El volumen del Traité d’histoire des religions conservado en la Biblioteca Cortázar no se halla subrayado tan profusamente como el otro libro de Mircea Eliade –Images et symboles– que hemos visto en las dos sesiones anteriores. Sin embargo, su manejo por parte de Cortázar de cara a la elaboración de sus tres libros metafísicos –Los premios, “El perseguidor” y Rayuela– resulta todavía más evidente, si cabe. Dentro del último apartado («La structure des symboles»), y también un poco más adelante, en las conclusiones, podemos encontrar sendos pasajes fuertemente subrayados por el escritor y con una anotación lateral que versa «Persio». El primero nos permite aprehender el alcance último de la antropología cortazariana:

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L’homme ne se sent plus un fragment imperméable, mais un Cosmos vivant ouvert a tous les autres Cosmos vivants qui l’entourent (p. 388)

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El párrafo en que se inserta esta frase, también subrayado en parte, constituye un perfecto esbozo del personaje de Los premios, por más que ya no quede bajo la llave con su nombre. Así continúa el texto:

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Les expériences macrocosmiques ne sont plus pour loi extérieures (...) le conduisent à lui-même, lui révèlent sa propre existence et sa propre destin (...) Pour l’homme archaïque, tous les niveaux du réel offrent une porosité si parfaite que l’émotion éprouvée en présence d’une nuit étoilée, pour exemple, équivaut a l’expérience personelle la plus «intimiste» d’un homme moderne ; et cela parce que, grâce surtout au symbole, l’existence authentique de l’homme archaïque n’est pas réduite à l’existence fragmentée et alienné de l’homme civilisé de notre temps.

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El otro pasaje permite establecer una relación directa entre este «hombre arcaico» definido por el texto eliadiano y el sujeto de la moderna filosofía existencialista (de un modo tal que este último no pierde sus atributos religiosos):

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Cette resistance au sacré a pour pendant, dans la perspective de la métaphysique existentielle, la fuite de l’authenticité. (...) [la llave «Persio» empieza aquí :] Le symbole de la «marche vers le centre» se traduirait dans le vocabulaire de la métaphysique contemporaine par la marche vers le centre de son essence propre et la sortie de l’inauthenticité (p. 393)

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Por otro lado, la llave con el nombre de «Persio» hubiera podido figurar perfectamente en muchos otros pasajes de este libro –también en las Images et symboles– ; asimismo, nos encajaría toda referencia igualmente directa ya fuera al Johnny de «El perseguidor», ya fuera al contexto general de Rayuela. Tras algunos subrayados de poco calado en los primeros apartados de este Traité, Cortázar destaca este largo extracto del capítulo IV («La lune et la mystique lunaire»), añadiendo al principio de página un «Ojo! Muy importante»:

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§57. Cosmobiologie et physiologie mystique.- Ces homologations [de letras con fases lunares] ne remplisent pas seulement une fonction classificatoire. Elles ont eté obtenues pau un effort d’intégration totale de l’homme et du Cosmos dans le même rythme divin. Leus sens est au premier chef magique et sotériologique ; en s’appropiant les vertus qui sont latentes dans les «lettres» et les «sons», l’homme s’insère dans certains centres d’énergie cosmique et réalise ainsi une harmonie parfaite entre lui et le Tout. Les «lettres» et les «sons» jouent le rôle d’images qui, par méditation ou magie, rendent possible le passage entre l’homme et les divers plans cosmiques. Pour n’en donner qu’un exemple, la méditation précédant la création iconographique d’une image divine indienne comporte entre autres l’exercise suivant, dans lequel la lune, la physiologie mystique, le symbole graphique et le valeur sonore constituent un ensemble d’une subtilité raffinée: «concevant en son propre coeur la forme de la lune telle qu’elle est issue du son primordial, il doit visualiser (dans son coeur) un très beau lotus bleu ...

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Hallamos aquí, en palabras de Eliade, una nueva formulación de ideas que Cortázar ya sostenía desde muchos años atrás. La imagen del poeta-mago, que puede apropiarse de la realidad en virtud de las correspondencias que unen a los objetos más dispares, ya había sido considerada por el escritor argentino en su juventud; aunque cabe destacar como novedad, en este contexto, la idea de ritmo, que tanta importancia va a adquirir, sobre todo, en Rayuela. En los textos de Eliade podemos reconocer las semillas de lo que, tras una larga elaboración por parte de Cortázar, fructificará de un modo insólito en su obra principal.

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Apenas unas líneas más adelante, Cortázar subraya esta otra frase donde se repite la idea de ritmo:

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Le sens de ces assimilations est d’abord de solidariser l’homme avec les énergies et les rythmes cosmiques, ensuite de réaliser l’unification des rythmes, la fusion des centres et par suite le saut dans le transcendant

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Estas reflexiones eliadianas nos sitúan en pleno corazón de la Teoría del Entusiasmo. La entrada del sujeto creador –y luego, también, del sujeto receptor– en un determinado ritmo (el swing, el entusiasmo) es lo que posibilita en último término su salto a la trascendencia. El texto de Rayuela constituye el sustrato material sobre el que se opera este salto: su dualidad novela/libro insólito dibuja la cifra que, por meditación o magia, posibilita el pasaje entre distintos planos de realidad.

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Estos distintos planos funcionan como compartimentos separados, cada uno con sus propios contenidos y sus propias leyes. Ello incluye también, por supuesto, al funcionamiento y a la misma noción de tiempo: «Rien d’«eternel» ne peut se passer –señala Cortázar en la página 164– dans cette zone sublunaire dont le loi est le devenir». Esta cuestión está tratada con detalle más adelante, en el capítulo XI («Le temps sacré et le mythe de l’eternel recommencement»), de donde provienen estos extractos:

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Périodicité, répétition, éternel présent: ces trois caractéristiques du temps magico-religieux concourent à éclairer le sens de la non-homogéneité de ce temps kratophanique et hiérophanique par rapport à la durée profane. (...)

En répétant un geste archetypal, il s’insère dans un temps sacré antihistorique et cette insertion ne peut avoir lieu que si le temps profane s’abolit. (p. 337)

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Rayuela constituye la culminación narrativa de esta radical heterogeneidad temporal: leído desde sus adecuados presupuestos metafísicos, el mayor libro de Cortázar reproduce en su doble textualidad la conexión que vincula novela con la «zona sublunar» (o sea, con el reino del devenir y de lo histórico) y libro insólito con el «tiempo mágico-religioso» (es decir, con el reino de la repetición y del presente eterno). Para acceder al Rayuela insólito el lector activo debe abolir, mediante el entusiasmo, el tiempo profano en que se desarrolla la novela.

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Lo temporal y lo cognitivo se corresponden: la maquinaria cognitiva para leer el Rayuela insólito es distinta a la que se usa para leer la novela Rayuela. Tras haber expuesto la radical heterogeneidad del tiempo en el capítulo XI, Eliade habla en el siguiente («Morphologie et fonction des mythes») de la radical heterogeneidad de la conciencia :

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...toute une série de mythes, en même temps qu’ils rapportent ce qu’on fait in illo tempore les dieux ou les êtres mythiques, révèlent une structure du réel inaccessible à l’appréhension empirico-rationaliste (p. 356)

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Mais le mythe découvre une région ontologique inaccessible a l’expérience logique superficielle (...) Héraclite sait que « Dieu est le jour et la nuit, l’hiver et l’été, la guerre et le paix, la satieté et la faim : toutes les oppositions sont en lui » (fr. 64) (p. 357)

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Cortázar reencontró ideas como las que expone Eliade en estos pasajes del Traité, en un libro publicado algunos años más tarde, cuando el escritor argentino estaba terminando Rayuela: se trata de El retorno de los brujos, de Louis Pawels y Jacques Bergier. El capítulo 86 de Rayuela recoge un significativo pasaje de esta obra:

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¿Pero qué decir de la insuficiencia de la inteligencia binaria en sí misma? La existencia interna, la esencia de las cosas se le escapa. Puede descubrir que la luz es continua y discontinua a la vez (...); lo admite, pero no puede comprenderlo, no puede incorporar a su propia estructura la realidad de las estructuras profundas que examina. Para conseguirlo, debería cambiar de estado, sería necesario que otras máquinas que las usuales se pusieran a funcionar en el cerebro, que el razonamiento binario fuese sustituido por una conciencia analógica que asumiera las formas y asimilara los ritmos inconcebibles de esas estructuras profundas...”

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El libro de Eliade hablaba de una humanidad arcaica; el libro de Pawels y Bergier, a su vez, aborda un futuro posible. Pero no se trata del pasado ni del futuro: se trata, en el fondo, del eterno retorno de lo mismo...

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