Elementos para una TEORÍA DEL ENTUSIASMO

La cara oculta de RAYUELA. Por Jorge Fraga

15 de noviembre de 2016

Intercesores (10) y Borrados (5)

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Para la Teoría del Entusiasmo, Cortázar escribió Rayuela en una doble contabilidad textual: como texto A, en la fachada, para los «lectores pasivos», tenemos una novela; como texto B, en lo profundo, para los «lectores activos y cómplices», se esconde el libro oculto.
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Los INTERCESORES son los anuncios proferidos por Cortázar sobre la existencia del texto oculto. Se hallan diseminados por toda la obra y también se los encuentra en otros textos relacionados con ella.
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Los BORRADOS son anuncios del mismo tipo, pero presentes únicamente en los avant-textes; su eliminación de la edición definitiva nos permite establecer el nivel de ambigüedad finalmente fijado por el autor. 
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(10)
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Manuscritocapítulo 41:

  «Lo que está sucediendo»

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En el intercesor borrado que presentamos hoy se observa claramente cómo Cortázar elevó el umbral de ambigüedad de su escritura, convirtiendo en abstracto, en Rayuela, lo que primero presentaba como algo más concreto, en el Manuscrito de Austin. El capítulo 41, el célebre capítulo del tablón, contiene en la edición definitiva el siguiente pasaje:
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“Esto es la realidad”, pensó Oliveira, sujetando el tablón y mirando a la señora de negro. “Esto que acepto a cada momento como la realidad y que no puede ser, no puede ser.”
–No puede ser –dijo Oliveira.
–Retírese, atrevido –dijo la señora–. Le debería dar vergüenza salir a esta hora en camiseta.
–Es Masllorens, señora –dijo Oliveira.
–Asqueroso –dijo la señora.
“Esto que creo la realidad”, pensó Oliveira, acariciando el tablón, apoyándose en él. “Esta vitrina arreglada, iluminada por cincuenta o sesenta siglos de manos, de imaginaciones, de compromisos, de pactos, de secretas libertades”
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En cambio, en el Manuscrito, justo tras señalar Horacio la marca de su camiseta, constaban estas otras líneas, finalmente suprimidas:
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/En el momento de enderezar el tablón (...), había caído en una necesidad de reconsiderarlo todo, de rechazar lo que estaba sucediendo y que no era en realidad lo que estaba sucediendo/
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Lo que encontramos en Rayuela («Esto que creo la realidad») es pura abstracción: podría ser perfectamente una más de las divagaciones metafísicas de Horacio. En cambio, lo que mostraba el Manuscrito («lo que estaba sucediendo») era algo concreto: aludía a la situación particular en que Horacio estaba sumido en ese mismo instante, el diálogo con la señora de negro. De este modo, en el Manuscrito, el hic et nunc argumental resultaba cuestionado de un modo mucho más claro, anunciando con menor ambigüedad que en Rayuela su carácter meramente metafórico.
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A la sazón, fijémonos en la coincidencia de fondo de estas palabras con lo que Cortázar afirma sobre este mismo capítulo, en la carta a Manuel Antín del 24 de julio del 64: «El capítulo en que Talita cruza por el tablón entre las dos ventanas, está hecho a base de un diálogo en el que todo el tiempo se habla de A y de B, pero en realidad se está hablando de C y de D».
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