Elementos para una TEORÍA DEL ENTUSIASMO

La cara oculta de RAYUELA. Por Jorge Fraga

21 de febrero de 2017

Intercesores (...59...)

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Entre lo visible de Rayuela (la novela) y su parte oculta (el Rayuela insólito) Cortázar dispuso multitud de puentes que permitiesen el tránsito del uno al otro: el autor los denominó «intercesores». En ellos se puede observar (siempre en modo metafórico) o bien una contraposición entre lo oculto y lo manifiesto, o bien un cuestionamiento de lo visible, o bien una vindicación de lo oculto. ¿Cuántas veces lo dijo? ¿Cuántas metáforas distintas utilizó?
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(59)
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«París es una enorme metáfora»; esta célebre frase de Rayuela constituye toda un manifiesto sobre la naturaleza no literal del argumento de la obra. Si la capital francesa es una metáfora, todo lo que suceda en su interior, a la sazón, debe tener igualmente un sentido  metafórico; y también, cabe pensar que la ciudad en que transcurre la segunda parte de la obra, Buenos Aires, debe ser también una metáfora, del todo equivalente a la primera. En suma: todo el argumento del libro es, en definitiva, metafórico. Hasta cuatro veces se repite en el texto la dichosa frase; nosotros las contaremos como un único intercesor, aunque con carácter complejo.
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(59a)
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Rayuela, capítulo 26
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–En el fondo –dijo Gregorovius–, París es una enorme metáfora
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(59b)
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ídem
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–¿Por qué una enorme metáfora?
–Él anda por aquí como otros se hacen iniciar en cualquier fuga, el voodoo o la marihuana, Pierre Boulez o las máquinas de pintar de Tinguely. Adivina que en alguna parte de París, en algún día o alguna muerte o algún encuentro hay una llave; la busca como un loco. Fíjese que digo como un loco. Es decir que en realidad no tiene conciencia de que busca la llave, ni de que la llave existe. Sospecha sus figuras, sus disfraces; por eso hablo de metáfora
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(59c)
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ídem
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–Siga mirando lo que se dibuja en la oscuridad –dijo amablemente Gregorovius–. Podemos hablar de otras cosas, por supuesto. (...) El mundo está lleno de cosas extraordinarias.
–¿Pero por qué París es una enorme metáfora?
–Sí, París es una metáfora. Ahora que lo pienso también usted está tirada sobre una alfombra. ¿Qué representa su dibujo?
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(59d)
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Rayuela, capítulo 31
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–¿Pero qué buscas con eso, Horacio?
–Derecho de ciudad.
–¿Aquí?
–Es una metáfora. Y como París es otra metáfora (te lo he oído decir alguna vez) me parece natural haber venido para eso
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Intercesores (...57, 58...)

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Entre lo visible de Rayuela (la novela) y su parte oculta (el Rayuela insólito) Cortázar dispuso multitud de puentes que permitiesen el tránsito del uno al otro: el autor los denominó «intercesores». Siempre en modo metafórico, en ellos se puede observar o bien una contraposición entre lo oculto y lo manifiesto, o bien un cuestionamiento de lo visible, o bien una vindicación de lo oculto. ¿Cuántas veces lo dijo? ¿Cuántas metáforas distintas utilizó?
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(57)
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Rayuela, capítulo 28
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Esas son las comunicaciones verdaderas, los avisos debajo de la piel. Y para eso no hay diccionario, che
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(58)
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Rayuela, capítulo 99
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Lo que llamamos realidad, la verdadera realidad que también llamamos Yonder (a veces ayuda darle muchos nombres a una entrevisión, por lo menos se evita que la noción se cierre y se acartone), esa verdadera realidad, repito, no es algo por venir, una meta, el último peldaño, el final de una evolución. No, es algo que ya está aquí, en nosotros. Se la siente, basta tener el valor de estirar la mano en la oscuridad
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11 de febrero de 2017

Intercesores (...54, 55, 56...)

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Entre lo visible de Rayuela (la novela) y su parte oculta (el Rayuela insólito) Cortázar dispuso multitud de pasajes que permitiesen el tránsito del uno al otro: el autor los denominó «intercesores». En ellos se puede observar (siempre en modo metafórico) o bien una contraposición entre lo oculto y lo manifiesto, o bien un cuestionamiento de lo visible, o bien una vindicación de lo oculto. ¿Cuántas veces lo dijo? ¿Cuántas metáforas distintas utilizó?
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Los subrayados, en el original.

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(54)

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Rayuela, capítulo 142
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3.  –Habla con figuras –dijo Ronald–. Es siempre el mismo.
2.  –No hay otra manera de acercarse a todo lo perdido, lo extrañado. Ella estaba más cerca y lo sentía. Su único error era querer una prueba de que esa cercanía valía todas nuestras retóricas. Nadie podía darle esa prueba, primero porque somos incapaces de concebirla, y segundo porque de una manera u otra estamos bien instalados y satisfechos en nuestra ciencia colectiva. Es sabido que el Littré nos hace dormir tranquilos, está ahí al alcance de la mano, con todas las respuestas. Y es cierto, pero solamente porque ya no sabemos hacer las preguntas que lo liquidarían. Cuando la Maga preguntaba por qué los árboles se abrigaban en verano… pero es inútil, mejor callarse.
1.  –Sí, todo eso no se puede explicar –dijo Ronald
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(55)
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Cuaderno, pág. 99
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Anagogía: interpretación mística de las Escrituras. “Anagógicamente”, o sea, de lo literal a lo simbólico.
Absconditum clavis (Clave de las cosas ocultas)
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(56)
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Cuaderno, pág. 125
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El doppelgänger    Todo lo que podría ser:
Quizá lo que ocurre es otra cosa, que no vemos.
Quizá hay como un segundo acontecer por encima o a través de lo que pasa.
Quizá hay una duplicación de signo inverso (por eso el sentimiento de doppelgänger)
Quizá la Maga está ahí, entonces.
Quizá nunca hubo Maga y solamente Talita.
Quizá solamente hubo Pola, Lilith
–¿Por qué –dice Traveler– este absurdo de los piolines?
–¿Es absurdo? Desde el territorio, sí. Pero además, ¿no crees que a veces hay que empujar un poquito? La almohada, el sexo, la música... Poner un piolincito en vez del editorial de La Nación...
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1 de febrero de 2017

Intercesores (...49, 50, 51, 52, 53...) y Borrados (7 y 8)

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Para la Teoría del Entusiasmo, Cortázar escribió Rayuela en una doble contabilidad textual: como texto A, en la fachada, para los «lectores pasivos», tenemos una novela; como texto B, en lo profundo, para los «lectores activos y cómplices», se esconde el libro oculto.
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Los INTERCESORES son los anuncios proferidos por Cortázar sobre la existencia del texto oculto. Se hallan diseminados por toda la obra y también se los encuentra en otros textos relacionados con ella.
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Los BORRADOS son anuncios del mismo tipo, pero presentes únicamente en los avant-textes; su eliminación de la edición definitiva nos permite establecer el nivel de ambigüedad finalmente fijado por el autor. 
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El intercesor 49 (y borrado nº 7) tiene carácter excepcional: es el único que formula la ausencia de la pregunta, es decir, la falta de una exhortación explícita a emprender la búsqueda de lo que se oculta en  Rayuela.
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El intercesor 50 es también el borrado nº 8.
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Los subrayados, en el original.

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(49)
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Cuaderno de Bitácora,
capítulo titulado “Maga”:
«una encrucijada sin esfinge»
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Gente como Ronald y yo nos vamos dando cuenta de [ilegible] que París no ha sido un encuentro [ilegible] sino la encrucijada [ilegible] sin la esfinge y sin el enigma. Esto es peor que el camino de Tebas, hay que plantearse el enigma para resolverlo después
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(50)
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Ídem, pág. 71:
«el ajedrez que no es»
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Wolf
Mira jugar al ajedrez
(...)
En las jugadas y en los jugadores sospecha una segunda realidad que un día le será revelada y que no será el ajedrez
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(51)
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Ídem, pág. 81
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Técnica
Obligar al lector a refrescar ciertos episodios y, sobre todo, a leerlos bajo una nueva luz
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(52)
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Ídem, pág. 87
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Extrapolación (palabra que no “existe” en español oh, oh!)
Todos los datos de un momento, de un espacio ¿no son extrapolables a un otro plano que, así, se deja entrever?
El “mundo” es signo de...
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(53)
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Ídem, pág. 93
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¡ojo!
Propongo: Todo el Discu-libro, sin remisión. Pero en un solo bloque. El que no lo vea será meritoriamente ciego
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