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En
lugar de
interpretar las grandes obras maestras a la luz de las teorías modernas,
debemos criticar las teorías modernas a las luz de esas obras maestras una vez
que se haya hecho explícita su voz teórica. (...) Tenemos más que aprender de
ellas más de lo que sus autores pueden aprender de nosotros; debemos ser
estudiantes en el sentido más literal de la palabra. Nuestros instrumentos
conceptuales no llegan al nivel de esas obras; y, en lugar de «aplicar» a ellas
nuestras metodologías continuamente cambiantes, deberíamos tratar de
despojarnos de nuestras erróneas concepciones para poder alcanzar la
perspectiva superior que tales obras ofrecen.
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