Elementos para una TEORÍA DEL ENTUSIASMO
La cara oculta de RAYUELA. Por Jorge Fraga
7 de febrero de 2012
Teoría del Entusiasmo y Biblioteca Cortázar (4)
6 de febrero de 2012
Apócrifas morellianas (18)
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La filosofía surge de la admiración, enseñaban los antiguos; pero también, a la par, despierta sentimientos religiosos. Es una reacción que el alma vigilante y consciente fomenta con cuidado, sin desviarla hacia dogmatismos que ciñan la visión. Epicuro, que, en el particular, se podría considerar un alma gemela de Heráclito, adoptaba actitudes análogas. Son reacciones espontáneas, directas, no mediatizadas por intereses doctrinales. Es el alma que, por sentirlo y entreverlo, venera el misterio. Ni la ineficaz e insensata rebelión contra lo desconocido, propia del ignorante infatuado; ni el abyecto conformismo del utilitarista que, en seguida, buscan su provecho. Aceptan respetuosamente el misterio, lo veneran y se esfuerzan modestamente en entenderlo. Expresan una veneración a la vez mítica y mística, conjunción del espíritu primitivo, puro e ingenuo y del alma apesadumbrada por la reflexión y que, a través de ella, se inquieta por su primitiva inocencia. Me inclino a creer que ésta es la actitud de Heráclito en relación a lo que se denomina religión
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Luis Farré, Heráclito: exposiciones y fragmentos
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27 de enero de 2012
Teoría del Entusiasmo y Biblioteca Cortázar (3)
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«muchas cosas divinas se sustraen al conocimiento
por falta de fe»
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Señales y anotaciones manuscritas realizadas por JC en sus libros de lectura
apuntan a los temas y presupuestos desplegados por la TdelE.
Seguimos ese rastro tras las paredes de la Fundación March en Madrid
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El Heráclito de Farré
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De los libros conservados en la Biblioteca Cortázar, el de Battistini no es el único libro sobre Heráclito profusamente subrayado por el escritor. Junto a Trois contemporains..., debemos tener en cuenta también el ensayo de Luis Farré que lleva por título Heráclito: exposiciones y fragmentos, editado por Aguilar en Buenos Aires. En la p. 114 de esta obra, Cortázar subrayó lo siguiente: “En este texto, (se refiere a De mundo 5, 369b), Aristóteles denomina a Heráclito el oscuro, apodo con el que se le conoció en la antigüedad”. Esto nos indica ya la conveniencia de tratar este libro como uno de los textos nutrientes de Rayuela.
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Las habituales indicaciones manuscritas en la primera página nos permiten fechar las respectivas adquisiciones: el libro de Battistini, editado en 1955, fue adquirido por Cortázar en 1956; el ensayo de Farré, publicado en 1959, lo compró el escritor en 1960. De corresponderse estas adquisiciones con la lectura real de los libros y su subrayado, la nueva fecha nos revela que el escritor renueva su interés en el antiguo pensador griego en plena elaboración de Rayuela. Quizá el libro de Battistini sirviera de inspiración directa para el Persio de Los premios, y después se le añadiera la obra de Farré para retomar esa misma inspiración de cara al libro siguiente: en tal coyuntura, la figura de Heráclito estaría mostrando su gran importancia de cara a los contenidos metafísicos de las nuevas obras de Cortázar.
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En todo caso, los numerosos subrayados de este nuevo Heráclito remiten directamente al libro insólito; es decir, a la versión de Rayuela defendida en exclusiva por la Teoría del Entusiasmo Ello se observa ya en uno de los primeros pasajes destacados por el escritor, directamente vinculado con lo esotérico y con lo mistérico (éste y los subrayados siguientes, siempre de Cortázar):
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Macchioro, Pfleiderer y Nestle han querido ver en Heráclito una continuación del espíritu místico-religioso de los órficos. (p. 25)
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Esto otro, a su vez, apunta a las afinidades espirituales, evidentes, entre Cortázar y Heráclito:
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La explicación tiene que encontrarse en el adentramiento. Es una revelación interna. Ahí van, a la par, razón (logos) y sabiduría. (...) “Pertenece al alma una razón que está en crecimiento continuo” (p. 61)
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En la página 79 nos encontramos con elementos que remiten a la visión de un Cortázar carismático. Aquí, la tres primeras líneas se hallan recogidas por Cortázar con una llave lateral; el subrayado, pues, es doble. Incluyo en la transcripción parte del contexto inmediatamente posterior; aunque no fuera destacado por Cortázar, nos ayuda a situar mejor la orientación general del ensayo:
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“Su carácter es demonio para el hombre” (frag. 119). Algunos traducen la palabra griega ήθος por ética o moral. Demonio es inspiración, vocación, fuerte tendencia a obrar. El ser ético del hombre depende del estado de su alma; procede de un impulso interno. (...) Toda la física de Heráclito, ha demostrado Abel Rey, se vincula con un fin ético-religioso y con la necesidad de un camino de salud espiritual. (...) insatisfecho del naturalismo, descansa antes bien en soluciones morales, religiosas y metafísicas.
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El siguiente pasaje tampoco fue subrayado por el autor; lo añado, no obstante, por su calidad de retrato entusiasmosófico del propio Cortázar, como si de una Apócrifa Morelliana se tratase:
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La filosofía surge de la admiración, enseñaban los antiguos; pero también, a la par, despierta sentimientos religiosos. Es una reacción que el alma vigilante y consciente fomenta con cuidado, sin desviarla hacia dogmatismos que ciñan la visión. Epicuro, que, en el particular, se podría considerar un alma gemela de Heráclito, adoptaba actitudes análogas. Son reacciones espontáneas, directas, no mediatizadas, por intereses doctrinales. Es el alma que, por sentirlo y entreverlo, venera el misterio. Ni la ineficaz e insensata rebelión contra lo desconocido, propia del ignorante infatuado; ni el abyecto conformismo del utilitarista que, en seguida, buscan su provecho. Aceptan respetuosamente el misterio, lo veneran y se esfuerzan modestamente en entenderlo. Expresan una veneración a la vez mítica y mística, conjunción del espíritu primitivo, puro e ingenuo y del alma apesadumbrada por la reflexión y que, a través de ella, se inquieta por su primitiva inocencia. Me inclino a creer que ésta es la actitud de Heráclito en relación a lo que se denomina religión.
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La frase siguiente, que recoge el fragmento 86 de Heráclito y que constituye quizá la más antigua formulación conocida de la Teoría del Entusiasmo, sí fue subrayada por Cortázar; se halla destacada por una doble llave lateral, más un signo de admiración:
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El alma verdaderamente religiosa sabe que “muchas cosas divinas se sustraen al conocimiento por falta de fe” (p. 87)
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A su vez, la frase siguiente, que en mi opinión apunta al tipo de texto doble que estaba elaborando Cortázar (a saber; con una radical dualidad esotérica/exotérica de su sentido), mereció cuatro llaves laterales, a añadir al subrayado:
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Cuando se apunta hacia la final explicación, entonces logos, lo común, la norma, la ley, zeos o lo divino se ofrecen como matices de una misma realidad (p. 89)
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En páginas siguientes, Cortázar sigue insistiendo en subrayar los mismos aspectos de la figura de Heráclito; su particular religiosidad, por un lado, y cómo trasladarla a lo textual, por el otro. El extracto siguiente es como un comentario crítico de la lectura común de Rayuela:
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Lo que repudia, por lo tanto, Heráclito es el quedarse en las señales, que no son sino invitaciones para penetrar en lo religioso (pp. 88-89: con llave lateral simple)
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Manteniéndonos siempre en una identificación entre Heráclito y el Cortázar de “El perseguidor”, Los premios y Rayuela, el párrafo siguiente encaja, de un modo asombroso, como previsora corrección de la lectura cancliniana, es decir, de toda versión reductivista de la antropología cortazariana:
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“...aparece la doctrina de H. como la primera antropología filosófica. Su filosofía del hombre es, por decirlo así, el más interior de los círculos concéntricos, mediante los cuales es posible representar su filosofía. Rodean el círculo antropológico, el cosmológico y el teológico. Sin embargo, no es posible separar estos círculos. (...) El hombre de Heráclito es una parte del cosmos. Como tal, se halla sometido a las leyes del cosmos como el resto de sus partes. Pero cuando adquiere conciencia de que lleva en su propio espíritu la ley eterna de la vida del todo, adquiere la capacidad de participar en la más alta sabiduría, cuyos secretos proceden de la ley divina” [W. Jaeger] (pp. 92-93. La primera frase, con llave lateral doble)
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En la misma línea, esto otro constituye una contestación avant la lettre a la visión freudiana de la obra cortazariana sostenida por Saúl Yurkievich:
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Es un despertar de la conciencia individual en el todo; o es también el todo, revelándose en la conciencia individual. Ahí está la grandeza del hombre: ascender, en su individualidad, a la comprensión del todo (p. 95; con llave lateral simple)
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Otros pasajes de este libro subrayados por Cortázar no pueden reproducirse aquí, pues pertenecen a la dimensión silenciosa de Rayuela. Le corresponde al lector activo y cómplice, si es su deseo, el buscarlos y el tratar de reconocerlos...
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23 de enero de 2012
Cortázar carismático
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Carisma:
don abundante concedido por una entidad incognosférica
a una criatura humana
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¿Cómo dirigirme al pequeño, a su madre, a estos hombres
de argentino silencio, y decirles, hablarles
del frente
que se me faceta y esparce
como un diamante derretido en medio de una fría batalla de copos de nieve? Me darían la espalda, se marcharían,
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y si optara por escribirles,
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porque a veces pienso en las virtudes de un manuscrito prolijo y alquitarado, resumen de largos equinocios de meditación,
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arrojarían mis enunciaciones
con el mismo desconcierto que los induce
a la prosa,
al interés,
a lo explícito,
al periodismo
con sus muchos disfraces.
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¡Monólogo,
sola tarea para
un alma
inmersa
en lo múltiple!
¡Qué vida de perro!
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Julio Cortázar, Los premios
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19 de enero de 2012
Teoría del Entusiasmo y Biblioteca Cortázar (2)
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«A qui prophétise Héraclite?
“Aux vagabondes de la nuit, aux mages,
aux possédés, aux bacchantes, aux inspirés”»
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Señales y anotaciones manuscritas realizadas por JC en sus libros de lectura
apuntan a los temas y presupuestos desplegados por la TdelE.
Seguimos ese rastro tras las paredes de la Fundación March en Madrid
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comme une trame mystérieuse... (2)
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La figura de Heráclito tiene un papel destacado en Rayuela. Por un lado, hay una mención –muy breve– al filósofo griego en el cap. 48, en la escala de Oliveira en Montevideo buscando a la Maga. Más destacada es su presencia en el importante cap. 99: Heráclito aparece ahí citado como de pasada, en medio de un debate acerca de la literatura de Morelli; pero la alusión no es nada casual. Empieza hablando Etienne:
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–Morelli cree que si los liróforos (...) se abrieran paso a través de las formas petrificadas y periclitadas, ya sea un adverbio de modo, un sentido del tiempo o lo que te dé la gana, harían algo útil por primera vez en su vida. Al acabar con el lector-hembra, o por lo menos al menoscabarlo seriamente, ayudarían a todos los que de alguna manera trabajan para llegar al Yonder. La técnica narrativa de tipos como él no es más que una incitación a salirse de las huellas.
–Sí, para meterse en el barro hasta el cogote –dijo Perico (…)
–Heráclito –dijo Gregorovius– se enterró en la mierda hasta el cogote y se curó de la hidropesía.
–Dejá tranquilo a Heráclito –dijo Etienne–.
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A partir de ahí lo dejan tranquilo, en efecto… Pero la alusión ya está hecha. La mención hecha por Gregorovius sella un vínculo existente entre Morelli y Heráclito, que el lector debe reconocer al contrastar la obra y el pensamiento de Heráclito con los elementos teóricos morellianos sacados a colación en la conversación.
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Pero donde la figura de Heráclito cobra mayor prominencia es en el cap. 36, en el largo episodio con la clocharde Emmanuèle. Ahí la analogía ya no se establece entre Morelli y Heráclito, sino entre éste y Oliveira. El filósofo aparece en el pensamiento del protagonista, que lleva en mente los ecos de la conversación del Club que ha tenido lugar unas horas antes (en la lectura salteada, el cap. 99 se lee tres capítulos antes del 36). La relación entre ambas figuras empieza por una comparación entre la situación con la pordiosera y la inmersión heraclítea en la bosta, y se prolonga hasta un punto en que uno y otro se identifican bajo el mismo sobrenombre de “el Oscuro”.
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La doble identificación Heráclito-Morelli y Heráclito-Oliveira, que por ende se manifiesta en capítulos de gran trascendencia dentro de la obra, nos permite pensar que los subrayados y anotaciones realizadas por Cortázar en Trois contemporains: Héraclite, Parménide, Empédocle (trad. avec notices par Yves Battistini, París, Gallimard, 1955) son como notas tomadas por el autor de cara a Rayuela. En el escrito anterior ya cité este pasaje de la introducción de Battistini:
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Nous pensons que cette disposition a le mérite de présenter le texte d’Héraclite comme une trame mystérieuse, où les mots se font écho à distance, en écheveaux mêlés, en réponses et questions qui, d’énigme à énigme, finissent par s’accorder et s’éclairer; ainsi dans le ciel, les étoiles à la fois confondues et distinctes, composant, au hasard désordonné de leur lace, une harmonie fixe
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Anteriormente sugerí que este pasaje parecía describir la Teoría del Entusiasmo; pero se puede aplicar igualmente, a la gran obra de Cortázar: una trama de misterios y enigmas encadenados que deben resolverse proyectándolos en un plano más elevado que lo literal. En los siguientes extractos subrayados por el escritor, todavía de la Introducción, podemos ver algunas ideas plasmadas luego de un modo u otro en Rayuela:
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Le texte d’Héraclite ne nous est parvenu qu’à travers les citations qu’en ont faites des compìlateurs, des doxographes ou des philosophes de l’Antiquité (p. 13)
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Et comme en général ils insèrent dans leur discours les mots d’Héraclite au style indirect, il est souvent difficile de distinguer où cesse la citation et où commence la glose. (p. 14)
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On a fait d’H. tantôt un physicien, tantôt un mystique, un initié des mystères orphiques ou dionysiaques. (p. 18)
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mais son intelligence n’est pas encore assez dègagée du mythe pour avoir perdu le sens du merveilleux. (p. 18-19)
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La nature aime passionnément les contraires (...) et par ceux, elle crée l’harmonie; l’art fait la même chose en imitant la nature. (p. 20)
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Héraclite aurait, alors, été le premier à concevoir une causalité s’exerçant, non plus par contact matèriel, mais par la conformation d’un devenir à un modèle, a une norme. Et celle idée de causalité est si riche que Platon l’a transportée dans sa théorie des relations des choses sensibles aux Idées, et que les Pythagoriciens ont modifié, d’après d’elle, leur conception des nombres, en en faisant le modèle des choses. (p. 21)
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Estos otros extractos –siempre subrayados por Cortázar– son ya citas directas de los fragmentos heraclíteos (el número inicial remite a la ordenación de la obra del pensador griego):
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9. Les contraires s’accordent, la discordance crée la plus belle harmonie: le devenir tout entier est une lutte. (p. 26)
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13. Mariages: le tout et le non-tout, le rapproché et le séparé, l’harmonie et son contraire. (p. 26)
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17. A qui prophétise Héraclite? “Aux vagabondes de la nuit, aux mages, aux possédés, aux bacchantes, aux inspirés.” C’est aux qu’il menace de l’audelà, c’est à eux qu’il prophétise le feu. Car ils se font initier sans piété aux mystères reconnus par les hommes. (p. 27)
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El siguiente extracto aparece subrayado con especial énfasis; estas palabras de Heráclito aparecen transcritas literalmente en el capítulo 36:
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21. Ènigme de l’oracle: «Si tu n’espères pas, tu ne rencontreras pas l’inespéré: en terre inexplorée nulle voie vers lui ne s’ouvre.»
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Y el tema de este otro fragmento permite suponer alguna conexión con uno de los capítulos más enigmáticos de Rayuela:
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78. L’âme ressemble à l’araignée, le corps étant la toile. Comme l’araignée, au centre de sa toile, aussitôt qu’une mouche a rompe un des fils, s’en aperçoit et y court à la hâte, souffrant, dirait-on, de voir détruire la perfection de son ouvre, ainsi l’âme, quand une partie de corps est blessée, s’y precipite, incapable de supporter la blessure du corps auquel elle est étroitemente et harmonieusement unie. (p. 34)
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Para terminar: Cortázar subrayó también estas líneas (añade un signo de admiración), ahora firmadas por Cicerón (Sur la nature des dieux, III, 14), que Battistini incluyó en los Complements de su libro:
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Personne n’interprète de la même manière.
Nous le passerons sous silence, car il n’a pas voulu qu’on le comprenne.
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12 de enero de 2012
Entusiasmosofía (VI, bis)
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A Freud se le atribuye actualmente el haber hecho al mundo consciente de su Inconsciente. Esto sólo en parte es verdad. Freud logró que el mundo notara sólo un aspecto del Inconsciente, el hemisferio del primitivismo animal. Una visión mucho más completa del Inconsciente la brinda el viejo contemporáneo de Freud F. W. H. Myers, cuya gran cantidad de estudios sobre la «conciencia subliminal» constituye, en palabras de William James, «el primer intento» de examinar los fenómenos de la alucinación, el hipnotismo, el automatismo, la doble personalidad y lo mediúmnico –y James podría haber añadido «el genio, la inspiración y el sueño» a su lista– como partes conectadas de un tema entero». (…) Freud subrayó sin fundamento lo que llamamos el aspecto negativo del Inconsciente e ignoró sus aspectos positivos, mucho más importantes. El freudiano tiende a pensar que la casa de la mente tiene sólo dos pisos –una planta baja de conciencia personal, y un sótano lleno de basura y de ratas y escarabajos negros–, el inconsciente personal, el hogar de los deseos reprimidos, los conflictos subterráneos, supurando las ruinas de un pasado que se niega a morir. Pero de hecho, como subraya Myers, la casa de la mente es una estructura de muchos pisos, y el subsuelo no tiene piso, y el ático no tiene techo. Como ha sostenido Myers y como todos los maestros de la vida espiritual han sabido opr experiencia directa, ambos se abren al infinito de lo que James llamó la conciencia Cósmica, lo que los místicos llaman la cabeza de Dios, el Atman-Brahmin, la Luz Cristalina, el Vacío. Y en alguna parte hacia estos altillos sin techos, estas catacumbas sin fondo, se encuentran las regiones de las que el genio toma su inspiración.
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Aldous Huxley, «El genio» (1956)
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Entusiasmosofía (VI)
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«Inspiración» significa «inspirar o respirar hacia». Y este insuflar ideas novedosas y valiosas a la conciencia personal, cuyo origen está fuera de esa conciencia, es la marca de distinción del genio. Una pregunta se nos plantea. ¿Qué logra el inspirar? ¿Quién es el inspirador? Según Sócrates, el que insuflaba era su daimon o dios tutelar; para los poetas de la Antigüedad, esta o aquella musa que, en palabras de Hesíodo, «amplían la mente del hombre con el conocimiento, y hacen a su lengua hablar desde los cielos». Para los primeros filósofos y los teóricos de la medicina de los tiempos helénico-romanos, la inspiración y el sostén ajeno al yo era el Pneuma, el alma y la sustancia indiferenciada del universo. Para Platón y Aristóteles era el Nous, o la Razón Interior. Según los estoicos el dios inmanente era llamado Logos. El Logos ingresa en la cristiandad como «el Verbo», una traducción muy pobre y parcial del original, de muchos significados. «En el principio fue el Verbo… En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres». Del griego pasamos al latín y la palabra Spiritus, que, como Pneuma, significa ‘aliento’ y es, como su etimología sugiere, la fuente de «ins-piración». Había un Spiritus de los dioses, de donde proviene inspiratio divina. Había un espíritu impersonal o aliento de vida. Había espíritus malignos o tramposos. Estaban los espíritus de los muertos, de regreso para dañar o ayudar a los vivos. Y finalmente, tras el surgimiento de la cristiandad, estaba el Espíritu, la tercera persona de la Trinidad. Mezcladas sin coherencia, estas concepciones varias (médicas, míticas, filosóficas, teológicas, espirituales) fueron utilizadas, a lo largo de los siglos, para dar cuenta de los hechos de inspiración observados. Hoy preferimos hablar de «lo Inconsciente» y de las «irrupciones en lo consciente de material subliminal». Las palabras tienen un aura poderosamente científica; pero que expliquen los hechos más satisfactoriamente que Espíritu, Logos, Pneuma, Daimon, e inspiración, es discutible.
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Aldous Huxley, «El genio»
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