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los “Tres movimientos discontinuos”
(…) partían de la reacción provocada en el espíritu de la artista
por el golpe de una puerta al cerrarse violentamente,
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y los treinta y dos acordes que formaban el primer movimiento eran
otras tantas repercusiones de ese golpe
en el plano estético;
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el orador no creía violar un secreto si confiaba a su culto auditorio
que la técnica de composición de la “Síntesis Délibes-Saint-Saëns”
entroncaba con las fuerzas
más primitivas y
esotéricas de la
creación
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Rayuela, cap. 23
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¡...!
ResponderEliminarHe aquí una ventana en el muro, con vistas a lo insólito.
Las labores arqueológicas dejan al descubierto su conexión con la Carta Delatora.